sábado, abril 15, 2006

Semana Santa en casa

Ya ni me acordaba de cómo era mi casa... ¡Qué de tiempo sin venir! Ni siquiera recordaba que tenía gato... jejeje. Es que andamos todos cegados en el pasillo con el conejillo "Camino", así que ya el Moncho no es el único animalillo sobable. Además, es un poco cabroncete y no hace más que atacarme, porque no le gusto mucho, pero yo lo llevo bien.

Antes de venir a casa estuve con los niños unos días en la Manga, ¡en la playa! Me hubiera encantado tener una camarilla de fotos para inmortalizar algunos momentos, como el moro comiéndose un tampón, Jorge comiéndose otro tampón (¿o era el mismo? mejor que ellos no sepan que dudo sobre eso...), alguna sentadilla cósmica, las cagarrutas de oso de mar, a Fer con la sonrisa de un niño volando una cometa o a Pete súper ilusionado con el paseo de más de hora y media hasta el zoco. Moló mucho, aunque no me puse morena, ni roja, ni siquiera un ligero colorcillo, el que fuera... ¡aunque mira que lo intenté! Se ve que el sol y yo no nos llevamos, otro que me odia, como el Mon.

Luego estuve un par de días en Otura, y ahora me toca otro par de días en Granada. Y así, a lo tonto, entre viajecitos, compras y ese tipo de cosas, veo que se me ha pasado ya casi la semana de vacaciones ¡y aún no he visto a nadie en Granada! Es que, parece que se ponen de acuerdo todos, ¿eh? quien no está enfermo, no está este finde aquí, o quieren salir todos el único día que ya tengo pillado... Pero bueno, a ver si esta noche ya veo a la gente o algo, que está feo pasar cerca de una semana en casa y no ver a nadie, ¡qué asocial!, ¿no?

Pues a lo que toca ahora: ¡¡¡una gran siesta!!! ¡Buenas noches!

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