martes, abril 25, 2006

Centrada. ¡Y esta vez de verdad!

Ya está decidido. Desde hoy soy una persona nueva. Voy a ponerme ya a estudiar a lo bestia. Bueno, igual a lo bestia no, que hay que acostumbrarse, pero ya voy poniéndome poco a poco cada vez más. Y para que conste que he cambiado, voy a publicar aquí unos puntos básicos que voy a seguir a partir de ahora, para que, si veis que no los cumplo, podáis echarme la bronca, agobiarme e incluso pegarme, si veis que los incumplo de manera alarmante (pero si me pegáis, que sea con cariño, ¿eh?).

1.- Voy a dedicar mis tardes libres entre semana a estudiar. Hombre, las que tenga prácticas y eso, pues no, no se puede, hay cosas que van primero...

2.-Mis siestas no se extenderán más de las 18:00. Sí, incluso los días que venga de francés a las 16:30, y de las reuniones de ISF. Las siestas están prohibidas para mi más allá de las 18:00. Eso no quiere decir que me podáis llamar por teléfono a las 18:01, sólo es que pondré más empeño en levantarme, pero no tiene mérito si me levantáis vosotros, así que el teléfono estará vetado una media horita más, sólo por si acaso.

3.-Está prohibido emborracharse entre semana. Esto, que parece un principio básico, no lo es. Sobre todo los primeros martes del mes, los miércoles (¡¡isi chunait!!) y algunos jueves sueltos. Esta prohibición puede relajarse si estamos en un jueves de puente o vacaciones grandes; en ese caso puede una beber aunque haya clase el viernes. Es algo así como que el viernes se pasa al jueves: como la gente se irá a casa el fin de semana... Aunque, claro, en el caso de que la gente se quede, estaría permitido salir el viernes otra vez, siempre voluntariamente, nunca por obligación.

4.-No faltaré más a primera. Sé que es el punto que más me va a costar, pero tengo que hacerlo, si quiero aprobar elasticidad. Incluso estoy pensando comprarme un despertador extra, ya que he aprendido a apagar el despertador y el móvil de forma inconsciente. Es uno de mis superpoderes, que se va perfeccionando cada vez más. El año pasado sólo era capaz de apagar un despertador sin darme cuenta. Ahora también apago la alarma del móvil... ¿Cuál será mi límite?

5.-Las visitas a cuartos de amigos y de amigos al mío, no durarán más de 30 minutos, a no ser que sea un capitulito, una cita previamente concertada o un cotilleo muy grande que de para mucho. Las sesiones psicológicas sin cita previa deberán amoldarse a este horario.

6.-Sería recomendable que el estudio se prolongara hasta después de cenar. Así, no podré pasarme hasta las mil viendo capitulitos, haciendo el pollas en el messenger o actualizando el blog. Cada día habrá que elegir una actividad absurda para llevarla a cabo, ¡sólo una!

Bueno, éstos son los pilares básicos de una vida nueva, en la que Andrea aprobará más de una por convocatoria, y sus padres estarán orgullosos de ella, y todos celebraremos el final de curso, no porque se ha acabado, sino por las buenas notas. Los niños reirán felices por el campo y los animalillos saltarán alegremente al son de la música que hace el viento al pasar por entre los árboles del frondoso bosque que es la vida para mi.

En otro orden de cosas, ¡estamos buscando piso ya! Mola un montón, la verdad es que me hace muchísima ilusión independizarme ya del todo. A ver qué tal se nos da esto de buscar lugar para vivir. Por ahora va todo bien, ¡hemos visto uno al lado del Arriba! Aunque yo no sé si vivir ahí al lado va a ser compatible con mi nueva vida, basada en la rectitud y el orden. Veremos...

sábado, abril 15, 2006

Semana Santa en casa

Ya ni me acordaba de cómo era mi casa... ¡Qué de tiempo sin venir! Ni siquiera recordaba que tenía gato... jejeje. Es que andamos todos cegados en el pasillo con el conejillo "Camino", así que ya el Moncho no es el único animalillo sobable. Además, es un poco cabroncete y no hace más que atacarme, porque no le gusto mucho, pero yo lo llevo bien.

Antes de venir a casa estuve con los niños unos días en la Manga, ¡en la playa! Me hubiera encantado tener una camarilla de fotos para inmortalizar algunos momentos, como el moro comiéndose un tampón, Jorge comiéndose otro tampón (¿o era el mismo? mejor que ellos no sepan que dudo sobre eso...), alguna sentadilla cósmica, las cagarrutas de oso de mar, a Fer con la sonrisa de un niño volando una cometa o a Pete súper ilusionado con el paseo de más de hora y media hasta el zoco. Moló mucho, aunque no me puse morena, ni roja, ni siquiera un ligero colorcillo, el que fuera... ¡aunque mira que lo intenté! Se ve que el sol y yo no nos llevamos, otro que me odia, como el Mon.

Luego estuve un par de días en Otura, y ahora me toca otro par de días en Granada. Y así, a lo tonto, entre viajecitos, compras y ese tipo de cosas, veo que se me ha pasado ya casi la semana de vacaciones ¡y aún no he visto a nadie en Granada! Es que, parece que se ponen de acuerdo todos, ¿eh? quien no está enfermo, no está este finde aquí, o quieren salir todos el único día que ya tengo pillado... Pero bueno, a ver si esta noche ya veo a la gente o algo, que está feo pasar cerca de una semana en casa y no ver a nadie, ¡qué asocial!, ¿no?

Pues a lo que toca ahora: ¡¡¡una gran siesta!!! ¡Buenas noches!